A mi familia.
La Rosa Margarita es madre de mi madre. Creo, algún día descubriré una flor en un nevado o dentro del mar, y la nombraré Norma Isabel. Hasta entonces mi madre llevará el nombre de la flor aún no descubierta. Lo cierto es que mi abuelita sí era flor.
¿Dónde estarás? ¿A dónde irán las energías luego de morir los cuerpos? ¿A dónde irá esa sonrisa picaresca tan cajamarquina tuya? Y esa trencita gris y blanca? ¿Cuántos cabellitos le quedan? Porque en mi mente están todos intactos. En mi mente vives mi gran Margarita. En mi mente está lo mejor de ti, de tu andador, de tu “amito pues, taitito”, de tu risita, de tus lentes marrones y gruesos, de tus arruguitas grandes, de esa nariz que ahora veo en mí, de las venas y la artrosis en tus manos, de ti mirando entre las cortinas antes de abrirme la puerta, de los rajes de las novelas, de tu fortaleza de espíritu para llevar a tantos hijos de la mano, de tu amor por nosotros, por mí.
Si, al inicio iba sólo como un pretexto para luego correr a jugar con mi primo, pero eso fue de niño, tú sabes, la niñez es un sueño que toda la vida uno recuerda. Pero sí, felizmente tengo imágenes dormido con mi cabeza cerquita a tus piernitas y tú tejiendo. Hermosos recuerdos de lonches: caramanduca con café, de esperar escondiditos que pasen mis tíos para correr a la tienda y como cómplices riendo celebrar con un sublime y una coca-cola nuestra hazaña. De ir a tu casa diciendo que iba a la biblioteca y estudiar ahí con la tranquilad que me dabas. Siempre me acogiste con tanto cariño querida Rosita.
Abue, ¿Nunca te cansaste? Ahora, mientras escribo, van llegando a mí recuerdos. También te quejabas de la vida, de lo largo que son 83 años y de lo injusto que es ser viejo, de los límites que se tiene involuntariamente, del cuerpo cansado que cubre a un alma de niño. Imagino que debe ser mucho más fácil, (aunque más triste) ser viejo cuando se tiene alma de viejo, como estar parado en la estación de bus esperando que llegue. Pero tú, estabas en la estación de bus pintando las paredes, jugando en la banca, tomando coca cola y cantando una copla de tu tierra.
Primera copla para mi mamita
Abuelita Margarita, abuelita Margarita,
Qué es de ti compañerita, qué es de ti compañerita;
Cómo te las estás pasando, cómo te la estás pasando,
De arriba me estás cuidando, de arriba me estás cuidando.
Tu nieto salió escritor, tu nieto salió escritor
Y te escribe con amor, y te escribe con amor;
Tu nieto salió cantante, tu nieto salió cantante,
Copla y verso elegante, copla y verso elegante;
Si en el cielo estás coplando, si en cielo estás coplando
El señor va a estar gozando, el señor va a estar gozando.
Haz la fiesta y silva fuerte, haz la fiesta y silva fuerte,
Baila y goza con la muerte, baila y goza con la muerte.
(Fuga)
El día que yo me muera quiero encontrarme a mi abuela,
darle besos en la frente y abrazarle el corazón
Allí baila, canta y ríe, cuida, ama y quiere más
No se cansa y sigue alegre, ella vive y vivirá.
- Danzar -